VIno blanco afrutado

Cuenta la historia, que un soldado de los tercios de Flandes se afincó en la Comarca, sembrando una variedad de vid procedente del Rhin, el soldado llamado Pedro Ximen dio nombre a la variedad que sustenta, vitivinícolamente hablando, Montilla-Moriles, la Pedro Ximénez.

Son cepas muy vigorosas, adaptadas a un ambiente extremo, que producen racimos muy grandes y compactos. Es la variedad con la que se producen los vinos generosos, ya que produce gran cantidad de azúcar y, consecuentemente, produce vinos con alta graduación alcohólica, necesaria para la crianza biológica.

Llevamos muchos años, en diversos Proyectos de Innovación (Resurgir) realizando vinos blancos jóvenes afrutados, para poder poner en alza, el gran valor enológico de esta variedad y demostrar la gran versatilidad de esta. Un meticuloso control del estado de maduración, buscando el equilibrio y momento óptimo del mismo, y con una selección, cepa a cepa, unido a una vendimia nocturna en una zona de calidad superior, han dado como resultado un vino aromático, equilibrado y con mucha personalidad.

Para conseguirlo, hemos ensamblado con el vino procedente de la Pedro Ximénez, el procedente de la variedad Torrontés. Ésta, tiene un origen un poco difuso, aunque la hipótesis más acertada es que se trata de una cepa autóctona de la Argentina, resultado de la hibridación entre la variedad Moscatel de Alejandría (procedencia de España) y la Criolla Chica (procedencia de Argentina). Es una cepa de brotación precoz que prefiere ubicaciones templadas/calurosas, en ausencia de heladas primaverales. Se adapta muy bien a suelos albarizos, poco compactos, sueltos y frescos. Si las condiciones del terroir son favorables es una cepa que presenta una buena fertilidad, aunque con un discreto desarrollo vegetativo y con la anual incerteza de la vecería. Se introdujo en Montilla-Moriles y forma parte de lo que el viticultor de la comarca llama “vidueño”, conjunto de variedades de uva que por norma general y debido a su tardía maduración, se recogen al final de la campaña, justamente después de que se termine la recogida de la Pedro Ximénez. Este grupo tan heterogéneo de variedades que forman la vidueño, presentan una alta producción en kilos por hectárea en contraprestación de un grado baumé bastante bajo comparado con el que puede llegar a obtener la Pedro Ximénez. Bajo nuestro punto de vista, es una variedad que no se le saca todo el potencial enológico. En el proyecto de “Integración de la mujer en la bodega” que desarrollamos, ya elaboramos un vino joven con torrontés. Ahora, después de una meticulosa selección cepa a cepa, procedente de viñedos de calidad superior, con un control de maduración milimétrico, y una controlada crianza sobre lías, hemos elaborado un vino con esta variedad que ha ensamblado a la perfección con el vino procedente de la Pedro Ximénez, como resultado presentamos un vino suave, ligeramente abocado y redondo.